La exposición está dedicada al bisabuelo de Timur, Michael, y al abuelo Yuri Aresh, que eran científicos muy conocidos. Uno de sus estudios trató el tema del agua viva y muerta. Timur decidió crear su propio trabajo inspirado en su estudio. Una molécula de agua muerta simboliza los pueblos entre los que vivían los judíos: donde había aporte mutuo, apoyo y persecución. Se colocó una molécula de agua viva como imagen de un judío que sobrevivió y sigue evolucionando. Las moléculas se imprimieron en una impresora 3D, simbolizando el espíritu de progreso típico de la familia de Timur.