Pude conocer la valiente historia de mi bisabuelo, que con apenas 17 años y sin nada se despidió para siempre de su familia en Bialystok. Tuvo la visión que Polonia no era un lugar seguro para vivir como judíos. Llegó a Buenos Aires y de a poco se adaptó a la vida, se enviaron cartas hasta que invadieron los nazis. Pude leer algunas cartas, pude leer como se mantenían unidos y cuáles fueron sus sueños, dolores y esperanzas.