Hace seis años, en el cumpleaños número 8 de Suleiman, hubo un accidente automovilístico y, lamentablemente, Suleiman fue atropellado y, como resultado, sufrió una lesión grave en la cabeza. Se sometió a tres cirugías difíciles en el hospital y luego fue a rehabilitación. Los médicos le dieron a Suleiman tenía muy pocas posibilidades de recuperación. La crisis que atravesó nuestra familia durante este período fue terrible. Un día en el centro de rehabilitación, sus padres hablaron sobre la fe y sobre todo lo que nosotros, que somos de la comunidad drusa, creemos en el destino y esto nos dio la capacidad de fortalecernos unos a otros y lo más importante de ayudar y apoyar a Suleiman. Siempre le dimos un hombro y, contra viento y marea, después de tres meses terribles y muchas oraciones, Dios escuchó nuestras oraciones, Suleiman volvió a la vida. Y desde entonces hasta este momento, la familia persevera y se asegura de brindarle a Suleiman toda la ayuda que necesita y fortalecer su dificultad causada por la lesión. Al final, después de todas las dificultades que atravesó la familia y el enorme dolor por el incidente de Suleiman, siempre estamos optimistas, vemos el bien en la vida, creemos en Dios y creemos y esperamos que será mejor y no desesperarnos incluso en tiempos de problema.